Los taxistas de las líneas
privadas de los centros comerciales San Ignacio y el Tolón dieron a conocer que
a partir del 15 de octubre tendrían puntos de venta instalados en sus unidades
para la comodidad de sus clientes, también se supo que otras líneas empezarían
a cobrar mil bolívares por carrera mínima, lo cual causó toda una discusión en
la red social del pajarito.
Antes de este anuncio, la carrera
oscilaba entre 600 y 800 bolívares, mientras que pedir un viaje expreso hacia
el interior del país, cuesta tres o cuatro veces más lo que se paga por un
boleto en avión, lo cual es algo incongruente teniendo en cuenta que un pasaje
en avión cuesta 18 mil bolívares.
Los usuario de Twitter, solicitan
al Ministerio de Transporte y Obras Públicas que se obligue a los taxistas a
usar un taxímetro que impida que las carreras se calculen a pela el ojo. Al
mismo tiempo piden que sea una política pública del Estado para que así las
personas paguen por las distancias recorridas.
También ofrecen una solución en
lo que respecta a los repuestos y cauchos, donde se les garantice a los
taxistas que puedan acceder a estos sin dificultades para que no existan
excusas al momento de cobrar, pues aseguran que quienes piden un servicio
privado, dicen que los precios se ajustan
a la grave crisis que los obliga a implementar estos precios con los que
nadie está de acuerdo, menos cuando el salario diario que devenga un venezolano
es de 700 bolívares.
Asimismo los usuarios exigen mayor
fiscalización estatal ante la usura inescrupulosa de los propios taxistas. Es un
clamor popular al que hay que ponerle solución pronto. La anarquía no puede
imperar por sobre las leyes.
En este grupo no sólo deben entrar las lineas oficiales de taxistas, sino las que operan de manera pirata o individual, todos deben entrar en el mismo carril para que así exista mayor justicia a la hora de cobrar y se deje de lado la viveza venezolana que tanto daño nos hace.
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