18/4/17

(OPINIÓN) El venezolano se ha vuelto insensible

Las cosas en la Venezuela de hoy han cambiado y mucho. No sólo se trata de los atropellos que debemos vivir a diario. Ya va mucho más allá: ser insensible ante el dolor de los demás, cosa que va contra cualquier principio cristiano.

Ayer, 17 de abril, presencié un acto completamente de indolencia. En mi acostumbrado recorrido entre Metro y autobús, en la estación del subterráneo de La California, un viejito de casi 80 años se había desmayado y un grupo de personas se acercaron para socorrerlo. El señor estaba mal herido con un golpe que se dio en la cabeza. Lo tenía en la acera con los pies hacia arriba, porque estaba casi inconsciente. Mientras el autobús donde iba recogía más pasajeros pude observar la escena que se desarrollaba en pleno sitio. Lo trataron de reanimar con agua y azúcar, con alcohol y hasta golpes en el pecho.

Por mi parte, me bajé para averiguar qué estaba pasando exactamente. Al parecer el ancianito sufría de la tensión y del azúcar y tenía tiempo que no tomaba sus medicinas porque no se consiguen. Pregunté si habían llamado al 911 o al 171 y me dijeron que sí, pero el tráfico que había no daba pie para seguir esperando, pues a cada segundo la vida del señor se apagaba. El señor perdió el conocimiento del todo y se presumía que no respiraba. Miles de personas pasaron en ese interín por el lugar y nadie fue capaz de hacer algo por ayudar.

La cumbre de todo esto que estoy contando es que en ese lugar se encuentra la sede de Transito Terrestre, destras de ésta se ubica la gente que atiende el 911, a escasos metros está una línea de taxi y también una de mototaxi y a menos de un kilómetro está el Hospital Domingo Luciani por lo menos para prestarle los primeros auxilios. NADIE hizo absolutamente nada. La ambulancia nunca llegó y creo que el pobre viejito murió por falta de atención. No tomé fotos porque realmente no era momento para jugar al paparazzi sino para tratar de salvar una vida.

¿Dónde quedaron los valores elementales como seres humanos? ¿Dónde quedó la solidaridad espontánea del venezolano que era algo que nos caraterizaba? Estoy sumamente triste por esto que estamos viviendo donde ni la vida vale. Ojalá recuperemos la Venezuela que éramos... 

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